miércoles, 20 de marzo de 2013

Rock: concierto de Eric Clapton


Publicado en el diario La Nación, el 16 de octubre de 2011


Concierto del guitarrista, compositor y cantante Eric Clapton. Músicos : Con Chris Stainton y Tim Carmon en teclados, Willie Weeks en bajo, Steve Gadd en batería y Michelle John y Sharon White en coros. Lugar : Estadio de River Plata. Fecha : Viernes 14 de octubre de 2011. 
Nuestra opinión: muy bueno
La mano de Dios volvió a una cancha de fútbol. El milagro se produjo anteanoche, sin Diego Maradona de por medio, pero con un enviado del Señor como Eric Clapton, ante un estadio de River lleno de fieles, y con el mejor blues como testimonio de esa inquebrantable fe en que el blues puede sanar los espíritus y elevar las almas al cielo.
Después de sus visitas de 1990 y de 2001, el legendario guitarrista británico dejó en claro que, a sus 66 años, ya tiene una relación con el público argentino basada en un amor casi incondicional, como lo confirman no sólo ese contagioso estribillo de la gente, el "olé olé olá/Clapton/Clapton", convertido en una oración pagana, sino también en la mezcla de euforia, admiración y respeto con que los 45.000 espectadores siguieron cada uno de los 16 temas del tremendo show que calentó la noche en el barrio de Núñez.
Esta vez, como se sabía, Clapton eligió dejar afuera las novedades de sus últimos discos (con la única excepción de una deliciosa versión de "When Somebody Thinks You're Wonderful", de su último álbum en estudio) y concentrarse en una inefable galería de hits de esa larga carrera que comenzó en 1963, cuando debutó con la banda The Roosters, aunque su fama, y su irónico apodo de "slowhand" (mano lenta) empezó cuando se integró a The Yardbirds.

El concierto comenzó a las 21.10 con un Clapton vestido de manera sencilla (campera negra, jeans, náuticos marrones), caminando hacia el centro del escenario y con los primeros acordes de "Key To The Highway", toda una declaración de principios de casi dos horas de uno de los mejores tributos al blues que se recuerde en nuestro país. Siguió "Tell the Truth", un clásico de la época de Derek and the Dominos, e, inmediatamente, "Hoochie Coochie Man", de Willie Dixon, en el que los inspirados solos de Chris Stainton en piano y Tim Carmon en órgano se ganaron las unánimes ovaciones.
El resto de la banda, con menos protagonismo, se puso al servicio de la magia claptoniana: desde el genial baterista Steve Gadd, hasta el bajista Willie Weeks, pasando por el vigoroso coro de Michelle John y Sharon White.
El show siguió con "I Shot The Sheriff", algo más rockera, y un segmento acústico de clásicos como "Driftin", "Nobody Knows You When You're Down And Out", "Lay Down Sally" y una versión de "Layla" como si hubiera sido compuesta en Nueva Orléans, con la misma carga blusera de su flamante disco con Wynton Marsalis.
Clapton no podría ser animador de una fiesta: no saludó al público ni hizo ningún comentario, excepto para presentar a sus tecladistas. Pero la arrasadora potencia de su guitarra y el encanto de su voz, que no acusan recibo del almanaque, le bastan para seguir conquistando multitudes. La mejor demostración fue el último tramo del show, que cortó la respiración a fuerza de blues y de rock: "Badge", "Wonderful Tonight" (con los celulares en alto), "Before You Accuse Me", "Little Queen Of Spades", "Cocaine" y "Crossroads", que fue el único bis. Quizá lo único criticable, a juicio de los silbidos que bajaron de las plateas, de un concierto en el que Clapton volvió a lograr que el blues se sacara la naftalina y sacara patente de masivo, moderno y motivador.