sábado, 12 de enero de 2013

Jazz: Parco della Musica Jazz Orchestra

Cuando el jazz adopta el acento italiano

Diario La Nación, Sección Espectáculos, 16 de diciembre de 2007


ROMA.- Si uno dijera que el Buenos Aires Italian Jazz Festival tendrá hoy un cierre a toda orquesta, no estaría exagerando en lo más mínimo. Es que esta noche debutará en el Teatro Coliseo la Parco della Musica Jazz Orchestra (PMJO), la única orquesta nacional italiana del género y nave insignia del imponente Auditorium, un megacomplejo cultural romano de capitales públicos y privados, que la promociona y la sostiene como un original producto de consumo interno y de exportación.
Hoy, por fin, los porteños podrán descubrir uno de los fenómenos musicales italianos mejor diseñados de los últimos años, una big band de 17 músicos de primer nivel, dirigidos por el saxofonista Maurizio Giammarco e integrada, entre otros, por Claudio y Mario Corvini, trompetista y trombonista, respectivamente, que son hijos de Albertino Corvini, una figura del jazz argentino de los años cincuenta.
En un programa que abrirá el pianista argentino Adrián Iaies, la PMJO presentará un repertorio basado en composiciones propias y con invitados de lujo: el trompetista Enrico Rava, el saxofonista Javier Girotto (un cordobés radicado en la Península) y el cantante Gino Paoli. Será el final del festival jazzero italiano, pero seguramente el principio de una larga relación que los impulsores de esta orquesta quieren tener con la Argentina.
En vivo, como este cronista pudo comprobar en el Auditorium romano, la PMJO es la equilibrada combinación del espíritu tradicional de las big bands norteamericanas con la pasión y el acento melódico del jazz italiano. Como si Duke Ellington hubiera nacido en el Trastevere y no en Washington. Sobre el escenario hay una frescura, una naturalidad y una originalidad en los arreglos que envidiaría el talentoso pero gélido Wynton Marsalis, el mascarón de proa de la Lincoln Center Orchestra.
El notable Giammarco dirige con discreción, toca el saxo como para que no queden dudas de que lo hizo al lado de Chet Baker y Lester Bowie, y abre el juego para que cada músico tenga su solo y su momento de lucimiento personal.
En este sentido, los hermanos Corvini demuestran que comparten tanto lazos sanguíneos como una buena mezcla de lirismo y de potencia. Hay otros hermanos en la banda, los Iodice (Pino, en el piano, y Pietro, en la batería), que también sobresalen.
La PMJO nació en 2005 sobre la base de una big band ya existente, la Roma Jazz Ensemble, como una iniciativa del Auditorium para que la ciudad de Roma pudiera contar con una orquesta estable de jazz y, como les gusta decir a sus organizadores, tener una suerte de laboratorio musical que sirviera de insignia para la promoción del género.
"Esta orquesta, en realidad, ayudó a redimensionar la cultura de Roma -afirma a LA NACION Giammarco-. La importancia de una formación estable tiene una serie de implicaciones importantes, como la posibilidad de probar, de confrontarse con otros músicos importantes internacionales, de intentar otros repertorios."
No por nada, el debut oficial de la PMJO fue casi con una declaración de principios: el emblemático "Sketches of Spain", de Miles Davis y Gil Evans, uno de los grandes ejemplos de la fórmula jazz-orquesta-composiciones de raíz latina. Pero esta orquesta, que periódicamente renueva su repertorio, también trabajó, por ejemplo, con cantantes italianos como Mina, Lucio Dalla y Gianni Morandi, hizo un homenaje a Joe Zawinul, a poco de su muerte, y dedicó un programa entero a la música de los dibujos animados.

DE CONCIERTO EN CONCIERTO

Giammarco explica esta variedad. "La historia de la Parco es bastante ecléctica porque, al ser la orquesta residente del Auditorium, nuestro objetivo está vinculado con una política cultural y esto implica variar la oferta de concierto en concierto. Es muy positivo para nosotros porque nos permite crecer mucho. Es difícil encontrar una identidad, pero la nuestra está relacionada con la tradición de las grandes orquestas norteamericanas y, además, con nuestro patrimonio nacional: una particular sensibilidad melódica."
Como la PMJO está sostenida económicamente por la Fondazione Musica Per Roma, integrada por la comuna romana y por capitales privados; sus integrantes no tienen que multiplicarse en diversos trabajos para sobrevivir ni tampoco esforzarse por conseguir sitios para tocar: tienen programados dos conciertos por semana en el Auditorium y, además, lugares asegurados en los principales festivales de jazz del mundo.
Un modelo digno de ser imitado, aunque cueste imaginar que se pueda reproducir en la Argentina, donde las prioridades del Estado siempre encuentran objetivos que no tienen que ver con el jazz (muchas veces, por supuesto, ni siquiera con la cultura).
Hay algo sobre lo que Giammarco, gran compositor y autor de un libro dedicado a Sonny Rollins, no quiere dar demasiados detalles: cómo dirigir 17 músicos de jazz, talentosos pero individualistas, y no fallar en el intento. "¿Quieres saber la clave? -dice, y se ríe de manera contagiosa-. Rodearse de una orquesta de profesionales, de los mejores especialistas italianos." No suena muy humilde, es cierto, pero esta noche se podrá comprobar que el director de la PMJO no miente ni exagera. 

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