sábado, 12 de enero de 2013

Jazz: entrevista con Gino Paoli

Gino Paoli: el trabajo                     sobre las melodías

Diario La Nación, Sección Espectáculos, 14 de diciembre de 2007

GENOVA.- Es uno de los clásicos representantes de la canción "ligera" italiana, célebre como pocos en ese rubro, pero esta tarde, en su departamento con vista al mar, ubicado en una colina de esta ciudad, confiesa algo que deja descolocado a su interlocutor. "La música ligera vive una crisis enorme. Es muy fácil, muy melódica. Pero se nota que es un producto."
Es que este hombre de bigotes canosos y pinta de abuelito bonachón vive un nuevo romance con el jazz, una de sus nada secretas debilidades. Por eso ahora afirma a LA NACION: "El jazz es fantasía, invención, libertad. A diferencia de la música ligera, no es un producto, sino que sucede mientras se hace. Y depende de la sensibilidad que tengas en el momento en que lo haces".
Paoli no aparenta los 73 años que tiene. Se lo nota activo, inquieto, fuma un cigarrillo rubio tras otro. Es el mismo hombre que, a principios de los años sesenta, conquistó al público italiano con canciones como "La gatta", "Senza fine" , "Il cielo en in ina stanza" y "Sapore di sale", entre tantos otras. Y que también conquistó a mujeres como Ornella Vanoni y Stefania Sandrelli. Pero también es el que descubrió a artistas como Lucio Dalla y el que encierra en sí mismo muchos misterios.
Uno de esos misterios, que acrecienta su condición de leyenda, es digno de Ripley: en 1963, el mismo año de su megaéxito "Sapore di sale", cuentan sus biógrafos que una profunda depresión, fruto de sus devaneos sentimentales, deriva en un intento de suicidio, pero, aunque se dispara al corazón, el cantautor sobrevive y la bala le queda alojada, para siempre, en la cavidad torácica. Increíble.
Ese mismo hombre se ha cansado de cantar en el Festival de San Remo y de codearse con las máximas estrellas musicales de Italia, pero hoy dice que no le gusta ninguno de los cantantes actuales. "Es un poco extraño -reconoce-, pero yo no escucho nada. Soy un solitario. No tengo compañía y el mundo de la música ligera no me interesa. Prefiero estar solo."
Ahora sólo piensa en su viaje a la Argentina para participar del Buenos Aires Italian Jazz Festival, donde debutará mañana, a las 20.30, en el Teatro Coliseo, acompañado por el quinteto de Enrico Rava (junto a Flavio Boltro, Danilo Rea, Rosario Bonacorso y Roberto Gatto), en un concierto dedicado a la comunidad italiana, con el patrocinio especial de la embajada y del consulado en Buenos Aires. Y volverá al escenario el domingo, como invitado de la Parco della Musica Jazz Orchestra.
En Buenos Aires estrenará sus propios clásicos, entrañables, con arreglos jazzeros. Los mismos que formaron parte del disco Milestones, editado en 2006 por Blue Note y que se convirtió en un gran éxito.
Para demostrar su pasión jazzera, Paoli se levanta de la silla y busca en lo alto de su biblioteca una serie de discos de pasta, muy bien conservados. "Así aprendí a escuchar jazz. Con discos de Louis Armstrong, de Frank Sinatra, de Nat King Cole. Yo tenía 12 años, estábamos en guerra y vivía en una calle en la que primero se apostaron los tanques alemanes y luego los yanquis. Ellos tenían de todo, menos fruta y verdura fresca. Así que yo les daba tomates, por ejemplo, y ellos me daban discos de jazz. Gracias a ese intercambio conocí esa música."
Pero ahora deja los recuerdos, enciende el enésimo cigarrillo y reconoce que lo único que quiere hacer en la Argentina, además de cantar, es volver a visitar el barrio de La Boca. Como en su primera y única visita al país, en 1964. Y sí: este nativo de Monfalcone, pero radicado en Génova (y fanatizado por ella), admite tener un corazoncito xeneize. Quizá por eso este fin de semana estará tan pendiente de su propio show como del partido que Boca jugará con Milan. 

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