domingo, 13 de enero de 2013

Discos: reediciones de Frank Zappa


Un Frank Zappa para cada estado de ánimo

Diario La Nación, Suplemento Espectáculos, 18 de enero de 2009

¿Cómo era el rock cuando no era previsible, aburrido, copiado de otras décadas, de otras copias, adocenado, olvidable, desapasionado? De todas las respuestas posibles, por fin en las bateas argentinas existe una que justifica la mejor respuesta de todas: aquel rock era tal como lo concebía el genio maldito de Frank Zappa.
Por esas extrañas razones que no tienen mucha explicación pero que sólo vale la pena aprovechar y disfrutar, los argentinos comenzaron 2009 con siete de los mejores discos de Zappa en completas ediciones nacionales. ¿Hace cuánto que Zappa no tenía presencia aquí con excepción del material importado? Los más experimentados sólo recuerdan una gran recopilación de 1997, "Zappa en la radio", con una selección hecha por Alfredo Rosso y Marcelo Gasió. Después, la sequía. O el silencio. O el vacío.
Por eso estas siete sorpresivas reediciones de Warner tienen el valor de un verdadero acontecimiento, de un tardío aunque saludable acto de justicia. Hay un Zappa para cada estado de ánimo, para cada uno de los iniciados en la adicción que provoca esa música que los críticos se han cansado de clasificar como inclasificable.
Rock, jazz, doo-wop, clásico, blues, psicodelia, contemporáneo, funk, experimental. En sus álbumes, un formidable mosaico musical, hay de todo un poco, de todo en exceso, siempre salpicado de humor, de ironías, de demoledoras críticas a la sociedad norteamericana y siempre coordinado de manera magistral por el cerebro de Zappa, esa usina de ideas provocadoras, movilizadoras, que no se detenían ante nada ni ante nadie.
Si esta fuera una fría crónica, habría que decir que Frank Vicent Zappa nació el 21 de diciembre de 1940 en Baltimore, Estados Unidos, y que murió el 4 de diciembre de 1993. En el medio, una adolescencia con mucho blues y rock and roll y el descubrimiento de la música contemporánea, sobre todo de Edgar Varèse. Un grupo que fue marca registrada, The Mothers of Invention. Músicos que salieron glorificados de la factoría zappeana como Terry Bozzio, Adrian Belew, Jean-Luc Ponty, George Duke, Don "Sugar Cane" Harris, Captain Beefheart, Michael y Randy Brecker, Aynsley Dunbar, Steve Vai y tantos otros. Un total de 64 discos grabados entre 1966 y 1993.
¿Por dónde comenzar a escucharlo? Del lote reeditado, obviamente por Hot Rats , que no hay quien no recuerde que es considerado uno de los mejores álbumes de rock de todos los tiempos, y que incluye "Willie The Pimp", con Zappa incendiando su guitarra sin necesidad de fuego, y "The Gumbo Variations", una antológica jam session lisérgica. Luego, One Size Fits All , o cómo hacer rock desde el jazz, o viceversa, con un solo de guitarra en "Inca Roads" para derretir cabezas abúlicas y "San Ber´dino", con su pátina zeppelineana, sus quiebres y ese clima de banda de sonido de un viaje sin ruta. A continuación, Chunga´s Revenge es la exquisita y deformada mirada del rock de un Zappa en su mejor momento, con armonías vocales a lo Beach Boys y "The Nancy & Mary Music" sólo para demostrar que Aynsley Dunbar era un baterista monumental.
En Overnite Sensation están el clásico "Camarillo Brillo", el jazzeado "I´m The Slime" y "Fifty-Fifty", con solos de guitarra y de violín de colección. Sheik Yebouti tiene entre sus 18 canciones "Bobby Brown Goes Down", hit que llegó a las FM, aunque hay mucho más: encantadores híbridos como "I´m So Cute" y lecciones de guitarra veloz en "Rat Tomago". Weasels Ripped My Flesh aporta ese blues de "Directly From My Heart To You" llevado al éxtasis gracias al violín de "Sugar Cane" Harris, en un proyecto de digestión lentísima. Finalmente, Zappa in New York , quince grandes temas en vivo, con parodias como "Titties & Beer" o el ejercicio de virtuosismo de los hermanitos Brecker en "Sofa".
Este repaso por estos siete discos es absolutamente arbitrario. Como se dijo, hay un Zappa para cada estado de ánimo, para cada oyente. Sólo hay que animarse a descubrirlo. Y eso, sin duda, es un viaje de ida. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario