domingo, 13 de enero de 2013

Discos: Dee Dee Bridgewater y Brad Mehldau

La Bella y la Bestia, en versión jazzera

Diario La Nación, Suplemento Espectáculos, 28 de marzo de 2010

¿Llegaron La Bella y La Bestia en versión jazzera a la Argentina? Bueno, algo así. No se trata de ninguna adaptación de la comedia musical de Broadway, sino, simplemente, lo que inspira la edición en nuestro país de dos de los principales lanzamientos discográficos de jazz de 2010: Highway Rider , del pianista Brad Mehldau, y Eleanora Fagan, To Billie With Love , de la cantante Dee Dee Bridgewater.
Por un lado, el papel de La Bella está a cargo de Dee Dee, 59 años, oriunda de Memphis, Estados Unidos, que para volver de su fascinante viaje al corazón sonoro de Mali que inició en su anterior CD,Red Earth , decidió virar nuevamente hacia un proyecto más ortodoxo y diseñó un incandescente tributo a Billie Holiday.
"Me dio ganas de escuchar las versiones originales", fue el comentario de un amigo de buen oído que escuchó los doce temas que componen este disco. Lo dijo en tono crítico, claro está, pero, en realidad, esa sensación se transforma en uno de los puntos fuertes de este proyecto. Si la voz y, en especial, la interpretación de Billie la hicieron única entre las vocalistas de jazz de todos los tiempos, no había forma de competir. Dee Dee eligió el camino más riesgoso: abordar a su particular manera el repertorio de Lady Day.
Esa manera fue no imitar bajo ningún aspecto a Holiday, sino hacerle honor con su voz potente, cargada de histrionismo (se nota su experiencia actoral e, incluso, que interpretó el papel de Billie en la producción teatral Lady Day en los años ochenta). Y con esos temas que sabemos todos, pero de una forma que no la conocíamos: desde "Lady Sings The Blues", que abre el CD como una declaración de principios: arranca sincopadamente africana y se estabiliza desarmándose y volviéndose a armar, hasta el final, con un "Strange Fruit" que eriza la piel cuando la Bridgewater termina llorando.
No es menor la elección de sus acompañantes: Edsel Gómez en piano, Christian McBride en contrabajo, Lewis Nash en batería y, sobre todo, James Carter en saxo, se sacan chispas con esta verdadera bella del jazz en este bellísimo homenaje.
La Bestia, por otra parte, volvió a hacer de las suyas. Highway Rider se llama el nuevo disco doble de Brad Mehldau, quizá el más arriesgado para los cánones actuales del jazz y menos pensado para acomodarse al paladar de sus seguidores habituales. No faltan aquí dos pilares en los que suele descansar el andamiaje sonoro de Mehldau como el contrabajista Larry Grenadier ni el baterista Jeff Ballard (que comparte protagonismo y la percusión en algunos temas con Matt Chamberlain). Pero la clave de este proyecto es no sólo la huella indeleble que deja un saxofonista soberbio como Joshua Redman, sino, en especial, la presencia de la orquesta de cámara que dirige Dan Coleman.
Porque no se trata de una presencia decorativa ni convencional: en Highway Rider , las cuerdas no acompañan sino que refuerzan e incluso protagonizan una experiencia multigénero, que suena muchísimo más atrapante de lo que puede contarse. Aquí hay un Mehldau en su salsa, lejos de los standards, al borde del jazz, el pop y la música contemporánea, probando y ensayando expandir los límites de lo conocido.
No es un disco de digestión rápida, pero sí de esos a los que hay que darles la oportunidad de sonar una y otra vez para apreciar sus matices, sus múltiples capas, sus secretos, en los que parece estar el sello del productor Jon Brion, que ya había acompañado a Mehldau en Largo y que trabajó con Aimee Mann, Fiona Apple, Dido y Keane. Quizá no sea fácil, por ejemplo, la arquitectura orquestal de "Now You Must Climb Alone", pero es indudable que allí hay una bestia musical como Mehldau en estado puro. Y es sólo una canción entre quince, destinadas a convertirse en una banda sonora de los que piensan que el jazz no sería lo que es sin su esencia: el riesgo. 

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